sábado, 19 de febrero de 2011

Cita con la música


Daniel Baremboim:



La vida y la obra de Barenboim demuestran su contribución a la fraternidad, a la lucha contra la injusticia y la pobreza y a la defensa de la libertad, aspectos a los que el galardón está destinado a elogiar. Partidario siempre del diálogo, considera que la guerra no es "una opción, ni moral ni estratégicamente" para ninguna de las partes en conflicto, que algún día "se tendrán que sentar y encontrar la forma de vivir juntos".





Daniel Barenboim nació en Buenos Aires en 1942 en una familia descendiente de judíos rusos.
Comenzó a tomar lecciones de piano con su madre a la edad de cinco años, y luego las continuó con su padre. En 1950, con sólo siete años, dio su primer concierto oficial en Buenos Aires, y en 1952 se mudó con su familia a Israel.
Dos años después, acudió a Salzburgo a unas clases impartidas por el director Igor Markevich. Ese mismo año tocó para Wilhelm Furtwängler, quién quedó maravillado del muchacho de tan sólo once años. En 1955 estudió harmonía y composición con Nadia Boulanger en París.


Pianista y director


Debutó como pianista en Viena y Roma en 1952, en París en 1955, en Londres en 1956 y en Nueva York en 1957 con Leopold Stokowski. En 1954, a la edad de trece años, realizó su primera grabación, y desde entonces no ha parado de recoger las más importantes obras del repertorio para piano, incluyendo el ciclo completo de las Sonatas para Piano de Mozart y Beethoven.




Paralelamente comenzó a desarrollar una exitosa carrera como director de orquesta, que inició en colaboración con la English Chamber Orchestra en 1965. Entre 1975 y 1989 fue director de la Orquesta de París, etapa que destacó por sus conciertos de obras de autores contemporáneos como Lutoslawski, Berio, Boulez, Henze, Dutilleux y Takemitsu entre otros.





Siempre le ha interesado la música de cámara, y ha compartido cartel con grandes artistas como su primera mujer, Jacqueline du Pré, Itzhak Perlman, Pinchas Zukerman y Dietrich Fischer-Dieskau. Debutó como director de ópera en 1973 con Don Giovanni de Mozart en el Festival Internacional de Edimburgo. En 1991 sucedió a Solti como Director de la Orquesta Sinfónica de Chicago, con quien ha obtenido éxitos a lo largo del mundo. También ha colaborado con la Filarmónica de Berlín y de Viena.



Música por la paz


En julio de 2001 protagonizó una polémica en Jerusalén al interpretar, por sorpresa, el preludio de "Tristán e Isolda" de Wagner, compositor maldito en Israel por sus vinculaciones con el nazismo.
En marzo de 2002, intentó ofrecer una clase de piano en la ciudad de Ramala, sitiada entonces por el Ejército israelí, para demostrar que es posible "el entendimiento de palestinos e israelíes a través de la música", pero el mismo ejército prohibió el concierto con el argumento de que no podía garantizar su seguridad.
Partidario siempre del diálogo, considera que la guerra no es "una opción, ni moral ni estratégicamente" para ninguna de las partes en conflicto, que algún día "se tendrán que sentar y encontrar la forma de vivir juntos".

 








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